Cuando un avión vuela en condiciones favorables a la formación de escarcha, la góndola y las alas pueden quedar cubiertas por una capa de escarcha blanca. Puede hasta llegar a acumularse hielo en los bordes de ataque.
Esta acumulación de hielo suele afectar negativamente al rendimiento aerodinámico de las alas, además de incrementar el peso del avión, lo que perjudica seriamente las prestaciones y la seguridad de la aeronave. Resulta por tanto imprescindible retirar este hielo o impedir que aumente su cantidad.
El sistema de protección contra la acumulación de hielo en el fuselaje transporta el aire caliente suministrado por el sistema de aire de purga del motor y lo conduce a lo largo de las partes del fuselaje más sensibles a la formación de hielo (entradas de aire de la góndola del motor y bordes de ataque de las alas y de la cola).
Un sistema de protección contra la acumulación de hielo en el fuselaje se compone de válvulas reguladoras de presión, sensores de temperatura, sensores de presión, conductos de alta presión y dispositivos de detección de sobrecalentamiento y de fugas de aire caliente, así como de un controlador.